Peter Waldman dice que el terrorismo es violencia simbólica
o comunicativa. No se trata de matar al mayor número de personas sino de ser
vehículo de mensajes a los que la sociedad debe prestar atención. Referido
al caso que nos ocupa, las características de la acción violenta yihadista son:
- Espectacularidad: La acción debe crear un impacto mediático que, a través de medios de
comunicación de alcance global, llegue a las audiencias de todo el mundo y cree
una atracción estética que les aporte, tanto seguidores, como la atención de
dichos medios. Para ello es importante que las imágenes muestren la destrucción
y las víctimas creadas por la acción terrorista.
- Ritualismo: Un claro ejemplo son las decapitaciones de ciudadanos occidentales
secuestrados en Irak. El método utilizado, visible en las grabaciones en vídeo
que han sido emitidas en todo el mundo, enlaza el degollamiento de la víctima
con los rituales de sacrificio de animales presentes en la cultura musulmana, y
presenta a la víctima, generalmente occidental, como a un animal al que los
luchadores por el Islam sacrifican.
- Simbolismo: Un análisis de los atentados del 11 de septiembre de 2001 nos aporta una
interpretación de los mismos como ataques contra los símbolos de la opresión de
EEUU contra la UMMA: Los centros financieros (que representarían la opresión
económica) estarían representados por el World Trade Center, el Pentágono (sede
del Departamento de Defensa de EEUU) representaría la opresión militar, la Casa
Blanca o Camp David (residencias oficial y de verano respectivamente del
Presidente de los EEUU) representarían la opresión política, y el hecho de
utilizar aviones, además de representar un intento[3] de innovación
táctica, simboliza el uso de la propia modernidad occidental, su tecnología,
contra la opresión que ejerce, en otras palabras: La negativa a
modernizar el Islam expresa el deseo de islamizar la modernidad.
- Propaganda y Proselitismo: Según el Global Islamic Media
Front (GIMF) y Al Sahab[4], “Una buena grabación es
un arma de destrucción masiva”. La razón de por qué no se ha
identificado y seguido a los técnicos que graban los mensajes de Ben
Laden y Al Zawahiri, de ser cierto que los graba, edita y
distribuye una empresa informativa conocida, puede responder a las extremas
medidas de seguridad de la organización terrorista, a la colaboración con éstos
de fuerzas de seguridad desplegadas en la zona o al desconocimiento, por parte
de los servicios de inteligencia sobre el idioma y los códigos culturales que
aprovechan las redes islamistas vinculadas con dicha organización
terrorista, conceptos como el de “Nursa”, que se refiere a la
solidaridad entre musulmanes, el peso en la zona de la tribu a la que
pertenecen y las redes de informantes en grandes familias y barrios.
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