La hipótesis forense y los resultados
obtenidos en diferentes investigaciones nos han permitido situar las
situaciones de riesgo de maltrato infantil en el contexto de la interacción
paterno-filial y han propuesto que el maltrato infantil es el extremo clínico
de los estilos parentales de disciplina coercitivos e indiferentes o
negligentes, (LaRose y Wolfe -1987) Nuestros
resultados sugieren una disfunción o inadecuación en la interacción
padres-hijos en las familias en situación de riesgo que se traduce en un
fracaso en el empleo adecuado de las prácticas de socialización.
Como hemos
podido constatar, la conducta parental de los padres en el grupo de riesgo se
caracteriza (independientemente de que se considere la perspectiva de los
padres o la de los hijos) por escasas expresiones físicas y verbales del calor
y afecto y por niveles elevados de hostilidad, agresividad, indiferencia,
negligencia y rechazo. Los patrones negativos de interacción definen las
relaciones padres-hijos en las familias donde existe una situación de riesgo de
malos tratos, podría afirmarse, entonces, que patrones positivos de interacción
son incompatibles con el maltrato infantil.
Nivel de riesgo que el
agresor representa para la víctima. En este punto hemos de señalar los datos
que son para nosotros indicadores de
peligrosidad potencial en el agresor en sus características de personalidad.
1. Inestabilidad
emocional: indica mal control de los sentimientos y emociones, baja tolerancia
a la frustración con reacciones incontroladas y desproporcionadas a los
estímulos, e inseguridad.
2. Dominancia, necesidad
de imponer las propias opiniones y que las cosas se hagan a su modo. A menudo
ligada al orgullo y amor propio con intolerancia a la humillación y al desaire.
3. Impulsividad y
agresividad.
4. Consumo de drogas y alcohol.
5. Suspicacia, indicadora
de desconfianza, interpretar las cosas en su perjuicio, e incluso dirigidas a
la celotipia y paranoia.
6. Dudas sobre la paternidad.
7. Alto nivel de ansiedad.
Esta produce un intenso malestar psíquico, con ansiedad flotante,
sobreexcitación y posibilidad de reacciones explosivas.
Otros
estudios realizados sobre las características individuales de los padres que
incrementan el riesgo de maltrato permiten destacar las siguientes cinco variables (susceptivas de evaluación por parte del
forense):
- La exposición ha dicho problema en la infancia.
- La inmadurez psicosocial general.
- Determinadas deficiencias que obstaculizan su competencia educativa.
- Dificultad para interpretar la conducta del niño o excesiva respuesta a los comportamientos infantiles.
- Rechazo a los hijos.
Francisco Javier Arroyo Ortega
Perito y Psicólogo Jurídico
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